Resumen
La herencia materna del sistema inmune se establece durante la gestación y se fortalece con la lactancia materna. Durante el embarazo, la madre transfiere anticuerpos y nutrientes esenciales al feto a través de la placenta y el cordón umbilical, lo que ayuda al desarrollo del sistema inmune del bebé. La forma de nacimiento (parto natural o cesárea) influye en la composición inicial de la microbiota del bebé, afectando su sistema inmunológico. La lactancia materna proporciona anticuerpos y células inmunitarias que protegen al bebé contra infecciones y enfermedades, y promueve el desarrollo de una microbiota intestinal saludable. Estos factores son cruciales para la maduración del sistema inmune y la protección del bebé en sus primeros meses de vida.
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